Publicamos la segunda colaboración del maestro Ricardo Sanz, Director Nacional en España del Departamento de Nihon Aikido / Aikijutsu / Aikibudo del Nippon Seibukan de Kyoto y 6º dan Renshi de Aikibudo por la Nippon Seibukan Academy. Se trata de la continuación del artículo que publicamos anteriormente, original suyo, y publicado originalmente en la revista «El Budoka».

Aiki Jujutsu: Una creación de conceptos (Segunda Parte)
Por Ricardo Sanz

Aiki como concepto social e histórico de un clan

El periodo de paz Edo (1603 a 1868) que dieciséis shogun consiguieron mantener durante más de 250 años, se mantuvo gracias a estrictas normas y medidas restrictivas en política exterior sumiendo al país en un aislamiento del mundo conocido como Sakoku: se expulsó a todos los comerciantes occidentales , a los españoles en 1624, a los portugueses en 1638, se persiguió el Cristianismo, se impidió que salieran sus comerciantes destruyendo sus barcos, se publicaron edictos de prohibición de salir del Japón a sus habitantes y de ser ejecutados si volvían, etc.

Castillo de Kumamoto (Hosokawa clan, 1632 - 1871)

Castillo de Kumamoto (Hosokawa clan, 1632 – 1871).

Este periodo, también conocido con el nombre de Taihei, la gran paz, significó un equilibrio político basado en la imposición política armada y una legislación piramidal, clasista y cerrada. En la cima de dicha pirámide se posicionaba el Ejército, kuge, el militar, bushi y su buke shohatto [1] como norma de cumplimiento, los campesinos, en segundo lugar, siendo su norma el Keian no furegaki, los artesanos y comerciantes, chonin y “los no hombres”, eta o inin, como los actores.

Los samurai juraban obediencia a sus Daimyos, normalmente miembros de la familia Tokugawa y éstos al Shogun, lo que implicaba servirle leal y militarmente a partir de la organización administrativa fundamentada en la paz y el cumplimiento del buke shohatto.

Dicha administración idealizaba bajo una economía fundamentada en la producción agraria una sociedad gobernada por la clase samurai organizada en torno al castillo del Daimyo y alejados de la tierra en la que los campesinos dirigidos por un jefe de aldea, nanushi, producían bienes transformarse en sus aldeas, mura, y cuyos comerciantes vendían en los barrios de la ciudad, que a su vez era protegida y administrada por el castillo del Daimyo.

La clase kuge era la más privilegiada de esta sociedad estratificada. Constituía el 7% de esa composición, podía tener un apellido que le unía al clan y llevar dos espadas, daisho [2]. El sable, To o Katana, símbolo del samurai y el apellido era lo más preciado de su clase, “apellido y espada”, myoji-taito, configuraba un microcosmos singular de sobresaliente estudio.

La unidad fundamental de la clase bushi era la familia, ie, agrupada en clanes. El individuo, desprovisto de su individualidad debía lealtad a al mismo, Ko, al orden político, chu y vivía en función de la existencia del clan y de las normas que lo estructuraban garantizando su supervivencia, tanto de su clan como de la clase a la que pertenecía. Cualquiera que pusiera en peligro su estatus privilegiado por acto u omisión y que supusiera una ofensa contra su figura, por pequeña que fuera, podía ser restituida con la muerte de aquél en el acto, kirisute – gomen. Del mismo modo, el bushi, y para poder mantener su apellido en sus descendientes, después de no cumplir los deseos de su Daimyo y éste del Shogun podía solicitar reparar el daño provocado con el suicidio ritual, seppuku.


Los clanes para asegurar su victoria contra el enemigo, eran instruidos por diferentes escuelas de armas: así los guerreros, samurai, del clan Takamatsu eran enseñados por las escuelas Takenouchi ryu o Yoshin ryu en la defensa sin armas, los samurai del clan Morioka preferían la enseñanza de la Yagyu Shingan ryu y los samurai del clan de Aizu fueron instruidos por la escuela Daito del clan Takeda, etc.

Este clan, en otro tiempo denostado por el poder Tokugawa, abre en 1664 sus sistemas de combate y estrategia militar en la batalla. La técnica de combate no armado que este clan enseñaba se conocía como Gotenjutsu (Técnicas de autodefensa empleada en palacio) y Oshikiuchi (Dentro del venerable umbral) donde encontraremos el postrero principio Aiki en su forma de interpretar la forma binaria ataque-defensa, en sus técnicas de golpeo, ate waza, así como en el desarrollo de sus desplazamientos, Tai sabaki y el momento espacio tiempo adecuado, Ma-ai Tenshin, con el objetivo de aprovechar la energía, ki, del agresor dirigiéndolo contra el, etc.

Antes del Periodo Tokugawa las continuas guerras entre clanes favorecieron la maestría de los bushi en la utilización de las armas. Con la “Gran Paz” los clanes más importantes absorbieron a otros más pequeños, se agruparon en zonas de dominio o simplemente desaparecieron como tales al no encontrar “Señor ni Casa”.

Alrededor de la provincia de Aizu [3] se reagruparon más de 80 escuelas de bujutsu: combate sin armas, sable, armas de fuego, tiro con arco, lanza, alabarda, etc. relacionadas con el clan Takeda y su enseñanza en su propia escuela, Nishinkan, donde se instruía entre otros a las tropas del territorio de Aizu y guardia personal del Shogun.

Los samurai que no encontraron o no quisieron una posición dentro de la estratificación social Tokugawa quedaron fuera del status que se les concedió. Unos, al desaparecer su Señor, se sometían, al no soportar el deshonor, al seppuku, otros buscaban venganza e ideaban reponer la memoria de su Señor acabando con quienes le habían matado, muchos encontraron una posición dentro del algún clan o al servicio de los más de 250 Daimyos que existían, otros se dedicaron a la medicina, a la enseñanza de los “no bushi” en las técnicas de la guerra, asesores militares o al sacerdocio. Pero los más, rechazados por la sociedad, viajaban a la deriva de un lugar a otro acompañados sólo con sus armas.

Estos samurai sin posición definida conocidos como “hombres de la ola”, ronin, llevarían una vida errante sin posibilidad de integrarse, a pesar de los esfuerzos de Daimyos y Shogun. Convertidos en un grupo reconocido sería fundamental su influencia en la transmisión del bujutsu entre otras clases sociales.

Budismo, Shintoismo y Confucionismo cohabitaban en el espíritu de la sociedad pero una vez más la posición social definía su práctica [4]. La clase militar y por tanto su técnica se iba a ir diluyendo en conceptos metafísicos; se concedía sobresaliente importancia al hecho de que la clase samurai se culturizara con el estudio no sólo en temas vinculados al propio objeto de su espíritu militar sino en materias como la literatura, la filosofía, la aritmética, la pintura, etc. que analizándolas no dejan de ser una prolongación de su espíritu.

Es entonces cuando influenciado por la religión y la mística explicativa de los hechos del primigenio Japón se consolida el principio estratégico del Aiki que la tradición nipona sitúa en los albores del siglo IX, bajo el reinado del emperador Seiwa y el domino militar del clan Minamoto, cuya influencia taxonómica en el Aikibudo (Seibukan) publicaré próximamente.

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[1] Código de 30 reglas estructuradas en 1615 por el monje Zen Suden que regulaba la conducta habitual de los Daimyos y sus relaciones con su privacidad y las leyes del estado. Estas reglas serán refundidas nuevamente en 1716 por Tashiro Tsuramoto a partir del dictado del monje y anteriormente samurai del clan NabeshimaYosho Yamamoto y recogidas en el Hagakure, un código de uso exclusivo de dicho clan.

[2] La composición de dos espadas, una larga, daito, y otra corta, shoto, montadas de forma idéntica, koshirae, se denomina Daisho. El Daito, sólo podían portarla los samurai de alto nivel; la espada corta, shoto o wakizashi podía ser usada y portada por comerciantes y artesanos. El estilo Buke-zukuri, es el empleado en la creación de las espadas japonesas antiguas.

[3] En la actualidad tiene el nombre del tristemente conocido Fukushima, al norte de la isla principal de Japón, Honshu.

[4] Budismo Shintoismo impregnaba el sentido religioso de las clases medias mientras que el Confucionismo daba una forma de comportamiento social y político.


Continuación: Aiki Jujutsu: Una creación de conceptos (3ª parte)