Aquel que persigue forjar su carácter encuentra en el Chado - como en el Budo -
una ayuda de conocimiento y realización único. Aprendiendo en Japón ambas artes
pude conocer el verdadero significado de la Vía, "do".


El “Chado” significa literalmente “Vía del Té”, y se trata de una de las artes tradicionales de Japón que más refleja el espíritu presente en la filosofía zen. Originariamente, el té fue introducido desde el continente asiático a Japón por monjes zen, quienes lo empleaban para favorecer la meditación y el estudio. 

Sin embargo, a partir de este humilde origen, maestros del té desarrollaron el proceso para tomar el té no solo como un modo de vida, sino además como todo un arte de gran bellerza estética y espiritualidad, cuya filosofía se basa en cuatro pilares fundamentales desarrollados por el gran maestro Sen no Rikyu


1. Wa: Armonía.

2. Kei: Respeto.

3. Sei: Pureza.

4. Jaku: Serenidad


Estos fundamentos enseñados también por maestros de artes marciales tradicionales que con su enseñanza quieren transmitir el verdadero significado de la "Vía de las Artes Marciales", Budo, encuentran su origen en está práctica de autoconocimiento y desarrollo personal.

Así, en la demostración del Chado se va a preparar un escenario en el que se pretende mostrar el ambiente y el espíritu de una tradicional ceremonia de té, el encuentro entre el anfitrión y los invitados en un entorno en el que se hallan presentes diversos detalles tales como el sentimiento de bienvenida, el respeto y el aprecio mutuo, la serenidad, la paz y la armonía.

Por ello, cuando practiquen la Vía del Té, Chado, o la Vía de las Artes Marciales, Budo, sean fieles a estos principios comunes.